lunes, 2 de febrero de 2009

EL VIAJE: Y LLEGO EL DIA



Por fin llegó el día de conocer a nuestra chiquitina, nos levantamos pronto ya que la entrega sería en el hotel, el Howard Johnson Hotel de Guizhou (muy recomendable para todos los que tengáis que ir a Guiyang) os pongo una dirección web para que miréis http://www.hojo.com/HowardJohnson/control/Booking/property_info?propertyId=15243&brandInfo=HJ .




El caso, que me estoy desviando, es que nos levantamos pronto, duchita y con los nervios a tope bajamos a desayunar, allí estaban también nuestros amigos catalanes y gallegos que esperaban tanto como nosotros.




Mientras desayunabamos en el restaurante del hotel, vimos llegar a la recepción un grupo de familias chinas con niños y niñas, a Espe y Manuel (gallegos) y a Sofia y Oscar (los catalanes) les estaban esperando unos niños preciosos y al resto nuestras niñas. Allí empezamos como tontos todos desde la mesa a mirar, -mira, mira ese tiene que ser Xiao- decía Espe, -aquella que está en brazos tiene que ser Ane- decía Olatz, el caso es que nos tiramos un buen rato así mientras Sofía miraba alucinada a su pequeño "gran" hombre, ya que corría y saltaba que no parecía que tuviera la edad que decían.




Por fin alguno se decidió a acercarse y ya nos acercamos todos, allí en la recepción, hablando con la guía, mirando a la niña, haciéndole preguntas a la madre de acogida (la pobre se puso a llorar según nos vió).




Ane Xiao, estuvo en familia de acogida, como la mayoría de los niños y niñas de esa provincia, viendo la emoción que tenía la madre de acogida, pasamos unos momentos muy duros, entre alegría por tener a Ane y tristeza por ver lo duro que se le estaba haciendo a esa mujer el separarse de nuestra hija.


Todo esto nos dió que pensar, y obviamente viendo las fotos que nos entregaron con la cámara de fotos que les enviamos entendímos el porque de su tristeza. Nuestra hija había pasado casi 11 meses en una familia que le quería muchísimo.


Así fue el primer contacto con nuestra pequeña, enseguida y viendo el follón que se estaba organizando en la recepción del hotel, las guias no dijeron que subieramos a las habitaciones para coger las cosas que teníamos para las niñas y niños, y fueramos a la sala en la que se iba a producir la entrega.


Así que nos fuimos a la habitación, con mucha emoción y con María muy contenta porque ya había conocido a su hermana.


En otro post os seguiré contando qué paso en aquella sala de reuniones.

1 comentario:

adrian dijo...

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