miércoles, 1 de abril de 2009

EL VIAJE: JUEVES 20/07 LOS VISADOS, COMPRAS Y PATO LAQUEADO

Llegamos al jueves, el viaje está llegando a su fin, y para muestra un botón, tocaba recoger los visados de las niñas, uno de los últimos viajes en el microbus.



Ese día fue de relax, recogimos los visados de las niñas y luego fuimos a hacer las últimas compritas al mercado duplicado del de la seda. Bastante más tranquilo y sin que las y los vendedores fueran tan agresivos.



Eso sí, los vendedores no eran tan agresivos, las agresivas eran Olatz y Miriam, que si hay que negociar algo para mejorar la crisis que les envíen a ellas, vaya pareja. Aunque parezca increible no compraron unos chalecos de pluma del caballito por 3 euros porque los querían más baratos, en la foto se les ve en plena "pelea".



Después para recuperar fuerzas, el Blas nos invitó a comer Pato laqueado en uno de los mejores restaurantes de Beijing según nos dijeron, y la verdad es que lo pudimos comprobar porque la comida fue muy buena. Es muy recomendable el probar el pato laqueado, que por lo menos a mí me pareció muy rico.


Según nos contaron el pato laqueado lo tienen que cortar en un número determinado de piezas (no me acuerdo ahora en cuantas) y todas ellas deben tener un trozo de piel, curioso y muy rico.



Allí coincidimos de nuevo con nuestros amigos catalanes y gallegos, ya que ellos también terminaban su viaje, y en la foto se le ve a María con Sara la hermana mayor de María, una de las niñas que estaban con Ane en Guiyang.

Por la tarde paseito por la calle Wangfujin, la calle peatonal de las compras (a mi esa calle me pareció bastante cara en comparación con el mercado de la seda y sus parecidos) y entramos en la tienda de las olimpiadas que poco a poco ya se empezaban a notar por allí. (qué rapido pasa el tiempo, menos para las asignaciones).



Despues del paseito, al hotel, ese día cenamos allí y además esa semana como era la semana de la gastronomía francesa, aprovechamos para darnos un festín por todo lo alto antes de la vuelta a casa.
Así terminó nuestro último día en China, de ese viaje, ya que esperemos que más pronto que tarde volveremos para recoger a nuestra o nuestro tercer hijo (Animo CC.AA. que esta familia necesita un niño, o por lo menos yo, je,je, a ver si consigo más calzoncillos que colgar en el tenderete).

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